El aprendizaje a través del arte


“El significado de las obras no es único y no reside en la obra, sino que está en un continuo proceso de definición», Saravia, 2007.

Frente a una obra de arte, del carácter que sea ¿Cómo es su interacción? ¿Intenta percibir todas las claves que se le muestran? ¿Si no lo entiende a primera vista, prefiere pasar de la obra?

Sin título (naranja, ciruela y amarillo). Mark Rothko. 1950. Cuarta planta del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. ¿Y usted que ve en este lienzo? ¿Nada? ¿Está seguro? En dónde usted ha visto la nada más absoluta un niño puede ver: un atardecer en la playa, un barco surcando el mar, fuego, un campo de trigo. Poner a un niño  delante de un cuadro, de una pieza de arte, significa una interrogación constante. Un niño delante de una obra de arte, sea cual sea su temática, sea cual sea su procedencia, su estilo, es un arma de construcción imaginativa.

Mark Rothko, Sin título, 1950. Museo Reina Sofía (Madrid).

Mark Rothko, Sin título, 1950. Museo Reina Sofía (Madrid).

 

La capacidad generadora de historias,  de situaciones, de ilusiones la poseen los niños y, con el tiempo, si no es fomentada, si no es valorada como constructora de conocimiento válido dará como resultado un adulto que se conforma con decir que no entiende el arte contemporáneo, que cree que le están tomando el pelo. El “pensamiento mágico”[1] que posee un niño podría servir como herramienta complementaria para su desarrollo cognitivo. Éste consiste en imaginar que los pensamientos, las palabras o los deseos pueden tener efectos físicos directos sobre los objetos inanimados. Algo que se podría revitalizar si nuestros sistemas educativos y sociales pusieran más interés en el fomento de una educación artística, sensorial y emocional de calidad, y dejaran por un momento aparcadas las disciplinas matemáticas y lingüísticas ¡de qué nos sirve saber que 2 + 2 son 4 si no sabemos expresar nuestros sentimientos! Ese pensamiento mágico, muy presente en los más jóvenes, lo han perdido la mayor parte de los adultos, por la realidad cotidiana en la que se ven envueltos.

Esta forma de construir conocimiento está íntimamente ligado con el pensamiento divergente, que viene a ser aquella forma de pensar, reflexionar que da cabida a juicios ilógicos o marginales para buscar soluciones innovadoras…y por extensión, el campo donde emerge la creatividad.

Y es que el arte es un medio de expre­sión para los niños (ojalá no fuera solo para ellos); las representaciones gráficas que estos realizan no son más que el resultado del lenguaje de su pensamiento, de la realidad que viven, que les rodea y, a medida, que van creciendo, y que su campo de experiencias va ampliándose, van percibiendo el mundo de forma diferente a como lo hacían en etapas previas y, por tanto, su expresión gráfica se modifica. El niño mediante las actividades plásticas trabaja tanto lo subjetivo como lo objetivo, desarrollando no sólo sus capacidades, habilidades y destrezas, sino también su intelecto.

¿Por qué los niños pueden razonar, preguntar sin límites, expresarse con mayor fluidez delante de una obra de arte? Porque los niños comprenden mucho mejor la realidad del arte, ya que cuando ellos pintan o crean entran, sin ellos saberlo, en consonancia con el proceso creativo de los verdaderos artistas plásticos, su imaginación se pone en funcionamiento al servicio de la creación. Y esto, lamentablemente, los mayores lo hemos ido dejando de lado. Por lo general, el gusto de los adultos no concuerda con el modo en que los niños se expresan plásticamente, surgiendo críticas, exigencias, trabas y dificultades ya que el proceso de comunicación soterrado que ponen en marcha los más pequeños, los adultos lo ven como un simple ejercicio productual, es decir, que crea un producto. Si el niño participa en dinámicas en las que se interfiere su creatividad, se ponen cortapisas a sus formas y modos de crear, con el tiempo ese niño antes capaz de crear sin inhibición, necesitará cada vez más estímulos, pues los ha ido perdiendo todos. A los mayores les interesa el producto, no el proceso, y aquél debe ser bello desde su punto de vista, pero no desde la perspectiva del niño, totalmente dispares el uno del otro. Con lo cual, se puede llegar a anular cualquier logro que consiga el niño, homogeneizando todas las creaciones infantiles.

Visitas educativas

Visitas educativas

Según apuntaba Herbert Read “el niño piensa más como el artista que como el lógico”, y es que aquél no desarrolla el pensamiento lógico hasta aproximadamente los 14 años.

Según las tesis de Read, el arte debería ser la base de la educación, ya que este abarca no sólo la expresión plástica, sino también la verbal, no verbal e incluso, la corporal y musical. El pensador inglés afirma que las imágenes son tan importantes como la palabra en la construcción del pensamiento y, por ello, es absolutamente necesario alfabetizar visualmente a los niños. A lo que yo sumaría, la alfabetización sensorial, tan necesaria en la construcción de las personas. Las imágenes son constructos que poseen una carga emotiva, sentimental, informativa, comunicativa, que nos llega a través de todos los sentidos, no sólo el visual, y nos ayuda a construir, poco a poco, nuestra percepción y consideración del medio que nos rodea. Por tanto, una de las finalidades de la educación es ayudar al niño en ese proceso de aprendizaje del mundo, desde todos los puntos de vista posibles.

El aprendizaje a través del arte se alza como un proceso rico y significativo que ayuda en el desarrollo de los niños y niñas y que se ha de alentar también en la formación y educación continua para alcanzar la adultez.

Para saber más:

Lowenfeld, Viktor y Brittain, W. (1972). El desarrollo de la capacidad creadora. Buenos Aires: Kapelusz.

Read, H. (2003). Educación por el arte. Barcelona: Paidós Educador.

Saravia, T. (2007). La mirada cómplice. En Fernández, O. y Del Río, V. (eds.). Estrategias críticas para una práctica educativa en el arte contemporáneo. Valladolid: Museo Patio Herreriano.

 

[1] El pensamiento mágico aumenta la creatividad de los niños estudio realizado por investigadores de la Universidad de Lancaster (Reino Unido). Para más información, consultar: http://www.tendencias21.net/El-pensamiento-magico-aumenta-la-creatividad-de-los-ninos_a5425.html?TOKEN_RETURN.

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