Reseña al texto Cómo escribir audioguías de Almudena López Molina. Por Stella Maldonado.
«Nosotros soñamos en narrativa, soñamos despiertos en narrativa, recordamos, anticipamos, esperamos, desesperamos, creemos, dudamos, planeamos, revisamos, criticamos, construimos, aprendemos, odiamos y amamos por narrativa».
Barbara Hardy (citado por Ana Moreno en el prólogo a Cómo escribir audioguías).
Qué mejor forma de empezar esta reseña que con una loa a la narratividad de la vida. Y es así como empieza, en el prólogo, Cómo escribir audioguías, porque se podría considerar una audioguía como un género narrativo de primer orden.
Enfrentarse a la elaboración de una reseña sobre un manual sobre cómo realizar de la manera más óptima recursos museográficos y patrimoniales como las audioguías cuando, en verdad no eres usuaria de ellas y, de hecho, cuando te ofrecen la posibilidad de utilizarlas, rehúyes la misma, es ciertamente complejo.
Así que te planteas abordar la lectura crítica de la publicación con incertidumbre, pero con ganas de saber, de conocer que hay detrás de la elaboración de las mismas. Y te llevas una grata sorpresa cuando compruebas todo el trabajo profesional que se esconde tras esas máquinas que utilizamos, unos más y otros menos, cuando nos queremos acercar al arte, a la ciencia, a un museo o a un espacio de presentación del patrimonio, sea este de las características que sea.
Si tienen la ocasión de leer y analizar la obra de la que hablo, Cómo escribir audioguías, se encontrarán con un manual con un lenguaje sencillo, claro y cercano, que incluso utiliza el tuteo (algo que puede sorprender por no estar acostumbrados a ello en los manuales teórico-prácticos) pero que se agradece, sinceramente, ya que, desde mi perspectiva, es una forma de acercar un tema que puede verse como no atrayente.
El manual se compone de ocho capítulos, más uno de ejercicios prácticos. Además de estos epígrafes, la publicación cuenta con áreas dedicadas al glosario de términos relacionados, la bibliografía con una serie de lecturas recomendadas que no por breve es menos interesante, ya que ofrece diferente y diversa documentación, no sólo relacionada con patrimonio, sino también con comunicación, principios de la escritura, producción de textos, construcción de relatos y narraciones y guías de dicción y oratoria. Todo esto se completa con la webgrafía o recursos en línea.
En ningún momento, el texto se muestra complejo de leer y aporta las claves de todo el proceso de elaboración de una audioguía, desde la fase de documentación hasta la redacción del contenido final, con los evidentes y necesarios pasos de evaluación, revisión, corrección y seguimiento del trabajo realizado. De la mano de la persona que se encarga de construir los contenidos, hasta las manos de quien usa el recurso. De productor a usuario final.
Pero ¿Qué es una audioguía? En palabras de la autora, la audioguía es un recurso museográfico que cuenta con unas características propias capaces de diferenciarla de otros documentos audiovisuales de los museos o monumentos, así como de otros recursos de apoyo a la realización de visitas autoguiadas en el patrimonio (López Molina, 2015: 12). ¿Y cuáles son esas características?
- Proponen uno o varios recorridos que el usuario puede realizar de manera independiente.
- Ofrecen un sistema de identificación de los hitos para seguir el recorrido propuesto.
- Disponen de un sistema que garantiza la máxima libertad del usuario para realizar el recorrido como le apetezca.
- Aportan un contenido extra que enriquece la visita, en función de los objetivos de educación de la institución cultural (íbidem, 14).
Signoguías, videoguías y guías multimedia son otros tipos de herramientas que favorecen el autoguiado y que comparten las características mencionadas anteriormente.
El texto de Almudena López interroga constantemente, algo que agradecerán sobre todo aquellos profesionales que se dediquen, o vayan a hacerlo, a la elaboración de audioguías. Antes de la fase de documentación es necesario plantearse una serie de preguntas: ¿Qué quieres y puedes transmitir al usuario a través del recorrido autoguiado que vas a elaborar? ¿Sobre qué trata la audioguía que vas a construir? ¿Quién es tu cliente y qué quiere conseguir con el encargo? ¿Quién es el receptor final del producto? Unas cuestiones que se podrían extrapolar a la elaboración de cualquier otro diseño de una línea de patrimonialización o musealización.
Tras esto, empieza la primera y fundamental fase de documentación. Conseguir información de diferentes tipos para ir construyendo poco a poco el discurso. Como dice la autora: solo un conocimiento profundo del bien patrimonial te permitirá diseñar un guión adecuado a los objetivos de comunicación de la audioguía (López Molina, 2015: 39).
Cuando abordamos la primera parte de la documentación tenemos que interrogarnos, a nosotros e incluso al cliente institucional, en el caso de existir. Preguntas tales como: ¿Qué recurso patrimonial se pretende comunicar? ¿Se quiere comunicar todo el recurso patrimonial o sólo una parte? ¿Cuál es el objetivo comunicativo de la exposición o del discurso museográfico o patrimonial? ¿Cuál es el objetivo de la audioguía y si ésta será el único recurso con el que cuente el usuario? ¿Por qué se ha elegido la audioguía y no otro elemento? ¿Cómo debe ser la forma de dirigirte al usuario? ¿Cuál es la duración prevista del recorrido total y, por extensión, del contenido de la audioguía? En definitiva, qué quieres contar, para qué lo quieres contar, a quién lo quieres contar y cómo lo quieres contar.
El texto de López Molina nos adentra también en el campo de las técnicas de narración, del tratamiento creativo de la información y de los contenidos, de la utilización de recursos expresivos para construir una audioguía mucho más atractiva, eficaz y eficiente.
Un elemento que me ha llamado la atención y que me ha parecido muy interesante es la posibilidad de, al final del manual, a través de una serie de tareas creativas, ser capaces de abordar, por nosotros mismos, la interpretación de un espacio u pieza patrimonial, así como la elaboración de una audioguía, paso a paso de manera fácil y sencilla.
El manual además se complementa a la perfección con una serie de recursos gráficos, de extraordinaria delicadeza, elaborados por la propia autora. Gráficos, tablas, dibujos que enriquecen, sin duda, la obra. Una muestra de los mismos son los que acompañan a esta reseña.
Cómo escribir audioguías está prologado magníficamente por Ana Moreno Rebordinos, Jefa del Área de Educación del Museo Thyssen-Bornemisza (Madrid). En él, desde el rol de educadora de museos, Ana Moreno apela a la narratividad de los discursos museales como elemento clave de la acción educativa, e indica, sabiamente que para poder hacer una audioguía, se necesita de muchos agentes y quizás el más importante es el guionista (Ana Moreno en López Molina, 2015: 10).
Y un elemento clave que no se le ha escapado a Ana Moreno es que el manual Cómo escribir audioguías de la Editorial Trea está escrito desde la experiencia profesional. Un hecho que queda patente a lo largo de todo el manual.
Almudena López Molina es licenciada en Historia del Arte por la Universidad de València-Estudi General y Máster en Escritura Creativa por la Universidad de Sevilla. Se ha formado en museología y museografía. Desde el año 2003 se ha especializado en la creación de contenidos para la difusión del patrimonio, trabajando como guionista y documentalista para televisión y otros clientes institucionales. En el ámbito del patrimonio, ha escrito guiones de documentales, audioguías, audiovisuales, apps e interactivos para museos y monumentos; así como guiones expositivos. También ha realizado actividades didácticas para público escolar. Para saber más sobre Almudena López recomendamos sigan su bitácora en la red: Aletreo https://aletreo.wordpress.com.
Un perfil profesional que avala la elaboración de este manual partiendo de la práctica diaria y que anima a que, personas que como yo no hacen uso normal de las audioguías, la próxima vez que visite un espacio de presentación del patrimonio, tome un recurso de este tipo como forma de valoración, no sólo del patrimonio, sino de todo el trabajo creativo que hay por detrás de su construcción.
Datos prácticos:
López Molina, Almudena. (2015). Cómo escribir audioguías. Gijón: Editorial Trea. Consultar manual en página web.