En un lugar de Cervantes de cuyo recuerdo si quiero acordarme


imagen taller mayores

 

“La memoria nunca es una copia. Es más una resignificación que se produce cuando el pasado configurativo se hace presente preconfigurado, en virtud de la interpretación y de la praxis”

Jorge A. Huergo, 2010

 

Decía Mario Benedetti que «el olvido está lleno de memoria»; una memoria fragmentada en la mayor parte de las ocasiones; el hilo de nuestra memoria no es siempre lineal y recto, sino que suele encontrar algún que otro trompicón, algún enganche. Lagunas lo llaman algunos. Pero esa memoria, a veces parcelada, nos define, y en nuestra mano está reconfigurarla, resignificarla, en base a la interpretación que hacemos de momentos vividos, de recuerdos que nos vienen a la mente gracias a objetos encontrados, fotografías decoloradas, melodías tarareadas, imágenes inspiradoras, conversaciones sugerentes. Por tanto, esa memoria que nos define, la reinventamos a cada instante.

En pleno proceso de documentación sobre el tema de la memoria, de las experiencias que configuran recuerdos, del tiempo y de la intensidad de lo vivido, nos encontramos con un texto inspirador y que nos hizo reflexionar: Laboratorio de memoria, de Idoia Hormaza y que os invitamos a leer aquí.

¿Pero que ocurre cuando no es nuestra memoria la que falla? ¿Y si la memoria pertenece a un personaje emblemático del cual tenemos constancia de retazos, de piezas de un puzzle no demasiado nítido? Esto es lo que pasa con la figura de Miguel de Cervantes. Un autor universal con una vida a la cual nos acercamos con pasos tímidos, pues entre lo que dicen unos y otros estudiosos de él, podemos trazar un mapa no demasiado completo. Conocemos al autor, pero ¿conocemos al hombre? Un hombre que fue niño y joven; un hombre que vivió en una época, dentro de una sociedad con unas ideas políticas y religiosas, con una economía en manos de poderosos; un hombre dentro de una familia en la cual, las mujeres jugaron un papel importantísimo, influyendo en el creador de personajes femeninos como la gitana Preciosa, la pastora Marcela muy potentes, junto con otros como el Don Quijote de fama mundial. Se dice que hay mucho de Miguel en cada uno de los personajes creados por Cervantes.

¿Y si cediéramos nuestros recuerdos de la infancia y la adolescencia a Miguel? Nuestros juegos y primeros amores; la familia y los amigos; la escuela y los maestros ¿le prestamos algún recuerdo de la adultez? Los viajes o los trabajos; aquellos momentos en los que sufrimos y que nos constituyen también en lo que somos; cuando amamos y fuimos amados; las bodas y nacimientos…

En la actividad En un lugar de Cervantes de cuyo recuerdo si quiero acordarme haremos un ejercicio de patrimonio construido en la cual Cervantes será un lugar común al cual todos llegaremos para aportar nuestros recuerdos y vivencias de manera creativa.

El hogar de un Miguel infante, será el espacio donde nuestra memoria servirá para construir una ficción, la de Miguel de Cervantes. Un espacio donde confluirán, con toda seguridad, vivencias que revivan otras olvidadas, generando un patrimonio en común.

Patio casa natal de Cervantes, Alcalá de Henares

Patio casa natal de Cervantes, Alcalá de Henares

En un lugar de Cervantes de cuyo recuerdo si quiero acordarme damos voz a Miguel, nos convertiremos en sus alter ego en una visita breve y dialogada por la casa natal seguida de un taller creativo en donde crearemos un diario vital, en el cual, hoja tras hoja, recuerdo tras recuerdo, daremos luz a un Cervantes, nuestro Cervantes.

Actividad dirigida a público adulto. Más información sobre la actividad en la página web del Museo Casa Natal de Cervantes, Alcalá de Henares (Madrid).

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