Por Pablo Alemán. Director de La Fundación http://www.la-fundacion.es/
Hace unas pocas semanas clausurábamos la primera edición de CASA//ARTE, la Feria de Iniciación al Coleccionismo de Arte Contemporáneo organizada por La Fundación en colaboración con Blanca Berlín Galería. En general, el balance no puede ser más positivo: comentarios generalizados de satisfacción entre galeristas, artistas y coleccionistas que además de encantados con la organización y el montaje, valoraban la iniciativa por fresca, novedosa y necesaria; buena acogida también por parte del público y los medios de comunicación; y lo que no es menos importante, unas cifras de negocio lo suficientemente positivas (en algún aspecto hasta sorprendentes) como para que la gran mayoría de galerías y la organización nos sintamos con ganas de repetir el año que viene, lo cual no es poco en estos tiempos.
Personalmente, como promotor y director de esta iniciativa, sólo puedo decir que estoy muy contento con este balance. A decir verdad, CASA//ARTE ha superado todas mis expectativas iniciales porque aunque siempre confié y luché por el éxito, también temí la resistencia del sector a nuevas propuestas, la escasez de recursos, la tan comentada crisis o que ocurriese ese accidente imprevisible que siempre amenaza este tipo de montajes. Finalmente, ninguno de esos temores se ha hecho realidad y aunque hay cosas que mejorar (siempre las hay, por suerte), hasta esas cosas son un acicate para mí y mi equipo.
Hace unos días, alguien me preguntaba que cuál creía yo que había sido el secreto del éxito de CASA//ARTE y con toda modestia pero idéntica convicción creo poder decir que hay una larga lista de cosas que siento que hemos hecho bien pero la principal, la que ha dado ese impulso necesario al proyecto en tiempos tan difíciles ha sido la ilusión, el trabajo en equipo y desde luego, la capacidad de éste para hacer de la necesidad virtud.
Y es que buena parte del equipo que ha puesto en marcha CASA//ARTE y que ahora, animado por el éxito, quiere embarcarse en nuevos proyectos, son personas que en el momento de sumarse a la iniciativa trabajaban precariamente desde su condición de freelance a tiempo parcial o completo y sin muchas esperanzas de salir de esa precariedad a corto plazo. Ese es el sino me temo de mucha gente que se dedica al sector de la cultura y el arte en España y que apenas tiene salidas. Como digo, todos ellos han hecho de esa necesidad virtud y con la ilusión de fundar algo que les pertenece, han hecho posible este éxito.
Quizás esta valiente y cooperativa actitud pueda ser un ejemplo y un estímulo para todos aquellos a los que no les llegue la oportunidad profesional que tanto ansían: lo mejor es no esperar la oportunidad y mientras llega (lo cual, hoy por hoy, no es fácil en la cultura y el arte en España), salir a su encuentro. Hay mucha gente formada y capaz con ganas de hacer cosas y la asociación de este tipo de profesionales puede ser muy fructífera. CASA//ARTE es sólo un ejemplo de ello. Con un capital inicial muy escaso y mucho, mucho, mucho trabajo y renuncias de por medio, se ha puesto en marcha con éxito un proyecto que en su primer año ha logrado hacer valer su planteamiento, ser reconocido por el sector, el público y los medios y lo que no es menos importante, alcanzar una facturación lo bastante importante no ya para no perder (que no es poco en estos tiempos) sino para obtener ciertos aunque limitados beneficios (todo se andará). Por si fuera poco, creo no equivocarme tampoco si digo que todos los que lo hemos hecho posible nos sentimos orgullosos de haber formado parte de ello.
La contrapartida a este tesón y coraje está en la escasez de apoyos por parte de las administraciones a los emprendedores en general y a la cultura en particular. No se me escapa que en muy poco tiempo hemos pasado de unos presupuestos de cultura como jamás los habíamos tenido en este país a un progresivo vaciamiento de estos recursos hasta el punto de que las últimas cifras hablan de un recorte en cultura del 50%. Sin embargo, eso no debe ser excusa para que los que están al frente de esas administraciones renuncien a diseñar nuevas propuestas y optimizar, de verdad, los recursos disponibles. Al contrario, a falta de recursos este es el momento de ser creativos.
No hablo ya de renunciar a políticas dañinas para el sector como la radical subida del IVA o la necesidad de poner en marcha otras como la Ley de Mecenazgo o la Ley de Emprendedores. Hablo de otro tipo de iniciativas a más pequeña escala pero igualmente útiles que sin ser una carga para las arcas públicas compensen la ausencia de ayudas económicas directas y ayuden al sector de la industria cultural a sobrevivir a este difícil momento: desde proporcionar medios de comunicación y publicidad gratuita o muy económica a esos emprendedores de la cultura (tenemos radios y televisiones públicas con extensiones nacionales y regionales, circuitos de banderolas a nivel local, internet), pasando por facilitar la utilización racional de edificios y espacios públicos para iniciativas culturales o favoreciendo de forma especial iniciativas de carácter cooperativo que generen empleo y oportunidades en un sector donde apenas las hay.
En fin, no soy yo el que debe diseñar esas políticas ni poner en marcha esas iniciativas pero seguro que como el resto de mis colegas, si me llaman para dar ideas ahí estaré.
En resumen señores: que hagamos de la necesidad virtud y que el hambre agudice nuestro ingenio. No nos queda otra.