Pozu Espinos y el patrimonio industrial


Entrevista con María Fernanda Fernández Gutiérrez. Historiadora del Arte y Guía Oficial de Turismo. Miembro de Pozu Espinos. Consultoría y Gestión Cultural.

 

¿Qué es exactamente Pozu Espinos? Contadnos algo de vuestra labor y qué líneas de acción abarca.

No hay cuestión sencilla y esta inicial, aunque pudiera parecerlo, tampoco. En 1996 comencé a trabajar como historiadora del arte interesándome, a nivel de investigación documental y bibliográfica, en el trabajo de campo y en la elaboración de un discurso estrictamente académico que iba a conducir a mi tesis doctoral, sobre el patrimonio industrial del concejo de Mieres. En esa etapa, coincidió que mi interés era también el de una institución, el Centro para la Cooperación y el Desarrollo Territorial de la Universidad de Oviedo, para quienes desarrollé un registro de bienes en el valle de Turón, espacio minero por excelencia de este concejo. Por ese motivo, conocí aún en estado de abandono y casi ruina, el Pozu Espinos, que es una extraordinaria torre de extracción hullera de los años 1926/31 que me maravilló. Fue una revelación…así que cuando finalmente nuestro trabajo, ya coordinado, de Roberto Álvarez y mío propio se normalizó con el registro de nombre comercial, escogimos Pozu Espinos. Consultoría y Gestión Cultural como enseña y la hemos mantenido ya durante más de una década. A la par logramos que, tras la restauración rigurosa y sutil del arquitecto Miguel García – Pola Vallejo (que se llevó a término hacia 2001-2), se sumara un proyecto interesante de mirador subterráneo de los hermanos Key y Maki Portilla Kawamura en la escombrera del pozo. Por último, la lampistería de esta instalación fue dotada de una muestra, que fue muy económica pero eficaz, convirtiéndose en un Aula cuyos contenidos a nivel museológico y museográfico nos fueron encargados en 2008 y permitieron plasmar textual y gráficamente lo que se requería, en el nivel básico en el que entonces nos hallábamos en gestión cultural y difusión turística.

Pozu Espinos

Pozu Espinos. Fotografía realizada por Roberto Álvarez Espinedo.

Andando el tiempo, pasó a formar parte de nuestro cometido profesional la gestión de las visitas guiadas a éste (y otros) espacios mineros y eso ha constituido una enorme satisfacción.

Con el tiempo, hemos ido adaptándonos a las demandas o intereses que veíamos, manteniendo como referente el trabajo concienzudo y responsable en el patrimonio cultural de Asturias, tanto en la investigación o generación de contenidos, como en la protección a nivel de colaboración en rehabilitaciones o establecimiento de figuras legales para la conservación y la redacción de planeamiento, la divulgación en términos de edición o exposición como la interpretación de los elementos en visitas guiadas y finalmente, la educación patrimonial. Hemos evolucionado y nos consideramos versátiles y complementarios, de forma que hay variedad de opciones que podemos atender siempre con una sólida base.

 

¿Cuáles son las características de los espacios de presentación del patrimonio industrial y etnográfico en los que trabajáis?

En este momento, las dos encomiendas profesionales y estables que tenemos nos vinculan con los Ayuntamientos de Mieres y de Ribera de Arriba, ambos en Asturias y en la cuenca del Caudal, que ahora se promociona turísticamente bajo el nombre de «Montaña Central» con un consorcio que es muy activo.

Montaña Central. Fotografía de Roberto Álvarez Espinedo.

Montaña Central. Fotografía realizada por Roberto Álvarez Espinedo.

Nuestro cometido es la gestión de la red de equipamientos de interés turístico, cultural y didáctico del consistorio mierense, que se conocen con el nombre de Equipamientos Turísticos de Mieres y que tienen como punto neurálgico el Centro de Interpretación del poblado minero de Bustiello, y la gestión del Centro de Interpretación del Hórreo en Güeñu/Bueño. Son dos proyectos complementarios, con ciertas similitudes y otras diferencias, que nos permiten atender la demanda de la visita presencial, la atención a distancia para la concertación de citas, la difusión en redes sociales, etc.

En el concejo de Mieres, Bustiello constituye un referente porque es un enclave extraordinario de patrimonio industrial y con un relativo caché, que en este momento tramita su incoación como Bien de Interés Cultural en la categoría de conjunto. Es un lugar excepcional en que nuestro cometido es exponer desde todas las perspectivas que podemos el valor que posee, correspondiendo al centro de interpretación esa misión y complementándose con la visita al interior de la capilla del Sagrado Corazón de Jesús y la explicación del monumento al prócer que costeó este proyecto y lo alentó, Claudio López Bru, II Marqués de Comillas. Desde aquí, comúnmente, se completa el recorrido en una visita que lleva media jornada tranquilamente, en el valle de Turón, donde hoy por hoy nos compete la explicación y atención del socavón de La Rebaldana, el pozu Espinos y el polvorín de Fortuna, que son tres instalaciones mineras reales que abarcan cronológicamente desde 1890 hasta 1960, correspondiendo las tres a la Sociedad Hulleras de Turón que fue hegemónica en este valle minero por antonomasia. Son espacios de trabajo recuperados para la visita que ofrecen una visión completa de los métodos de trabajo e instalaciones de producción, de un modo que creemos que es el idóneo, porque su autenticidad y su emplazamiento en el territorio que recorremos permiten a los visitantes comprender sin duda alguna cómo es el paisaje minero.

Añadimos a estas instalaciones un aula que ocupa una antigua estación y vivienda del jefe de camineros de una línea de ferrocarril de vía estrecha de una empresa minera, sita en Lloreo, un pueblo muy guapo que solemos disfrutar con grupos escolares, que son también los que más acuden a La Panerona, obra de nueva planta que acoge una colección de autómatas sobre la vida rural y la cultura tradicional. Por último disponemos de una casa del año 1666 musealizada como un hogar de comienzos del siglo XX en Gal.legos, que presenta varios problemas de acceso y visita pero suele funcionar bien con grupos pequeños de adultos.

En el caso de Ribera de Arriba, el Centro de Interpretación que gestionamos es la única instalación de interés turístico del concejo y nuestra misión es funcionar como punto de información turística, complementar y apoyar actos culturales desarrollados por la siempre activa Asociación Cultural de Bueño y atender a los visitantes, que acuden en el horario establecido para una visita libre y gratuita, o bajo demanda para los grupos escolares que siguen un itinerario físico y formativo específico. Es un edificio de nueva planta, que bebe de la Casa Farnsworth de Mies van del Rohe y del concepto modular de nuestros hórreos, cuyos medios expositivos (textos, imágenes, maquetas, interactivos, recreación del interior de un hórreo, documental específico para adultos y para niños y taller de montaje de un hórreo a escala) logran transmitir una gran variedad de rasgos, valores y datos en relación con un elemento icónico de la cultura y el paisaje de Asturias, de ahí su carácter etnológico.

Ruta por la arqueología industrial asturiana, en Mochileros (2011):

 

¿Cuál es vuestra filosofía o punto de vista en cuenta a la necesidad cada vez más imperiosa de revitalizar y revalorizar el patrimonio etnográfico e industrial?

 

¡Menuda cuestión! Esto es imprescindible: no nos podemos permitir esta mutilación de nuestra identidad cultural. Trabajo mucho a nivel teórico, abstracto también, sobre la construcción social del patrimonio, la condición mística que adquiere en unos ámbitos y la vulgarización a la que se ve ocasionalmente sometido, y buscamos un punto de responsabilidad entre la investigación y la divulgación, que pasa por sensibilizar al usuario sobre los valores de aquello que advierte. La educación patrimonial ha de efectuarse en todas las edades. Hay escasa conciencia cultural y aún menor responsabilidad colectiva sobre ese legado. Así que en nuestro trabajo cotidiano se dan estas premisas y combinamos acciones de fondo, necesarias, de investigación (porque aún hay desconocimiento sobre muchos temas o visiones cargadas de prejuicios) con una difusión mediática, a través de la web, de redes sociales, de visitas que buscan una interpretación del recurso tan exacta como amena (algo bien difícil) pretendiendo que no sea una diversión intrascendente ni una imagen acumulada en un móvil, sino una sensación que quede grabada en el visitante y le permitan adoptar otra postura sobre lo que ha conocido. La emoción es la clave para lograr la adhesión. Algo mucho más importante que la comprensión fría es la empatía y la sensación de «yo estuve allí y lo viví».

 

Para vosotros ¿Cuáles serían las claves de la socialización del patrimonio dentro de las comunidades en las que trabajáis, y en un ámbito más extenso?

 

También es una pregunta difícil. Nosotros trabajamos mucho con la comunidad local en el concejo de Mieres, a través de un programa que sostiene el Ayuntamiento que se llama «Conoce Mieres de forma saludable». Combinamos los recorridos a pie con la visita a equipamientos, puesto que se había advertido que había unos pésimos hábitos entre diversos colectivos (niños, adolescentes, mayores, grupos con algún problema de salud) y esta acción diríamos que dinamiza cuerpo y mente. La salida colectiva y organizada es la excusa para recorrer sendas o vías verdes, acceder a los equipamientos y disfrutar conociendo y valorando el entorno. Podemos decir sin temor a equivocarnos que son ellos los primeros ignorantes de su valía, desconocedores de tales recursos y en ocasiones, hubo que superar el rechazo del responsable de tales colectivos que consideraba que no poseía ningún interés la propuesta. Toda una labor educativa, desde el punto uno del proceso. Nos ratificamos en que, cuanto más próximo es el patrimonio, menos se aprecia: es directamente proporcional el interés a la distancia. Y la percepción del entorno, y en consecuencia de los elementos culturales del mismo, es muy negativa. Trabajamos con eso. Luchamos contra eso. Vamos logrando éxitos que nos producen enorme satisfacción.

Centro de interpretación del poblado minero de Bustiello. Fotografía de Roberto Álvarez Espinedo.

Centro de interpretación del poblado minero de Bustiello. Fotografía realizada por Roberto Álvarez Espinedo.

Resulta mucho más fácil «enganchar» al que viene de fuera. Los turistas que acuden a Asturias suelen tener en su cabeza una idea de que esta es tierra de minería, y la quieren conocer. Nuestros recursos no son los más conocidos: es una apuesta diferente en una zona que aún tiene mucho camino por recorrer. Nos falta promoción: lógico, nuestro Ayuntamiento apuesta por esta red pero carece de más medios para promocionarla. Sostiene con esfuerzo la publicación de folletos que son sin duda un auténtico lujo e invierte medios en el consorcio de la Montaña Central, que trabaja en la difusión conjunta de estos municipios.

Nosotros logramos posicionarnos a través de buenas opiniones, algunas en la plataforma Tripadvisor, redes sociales y el boca a oreja, y nuestro crecimiento es lento pero incesante. De forma que en verano llegamos a gente que tiene claro lo que desea ver y conocer en Asturias, y en primavera y otoño trabajamos con locales o asturianos que cada vez van sumándose. Y que con frecuencia se van con una idea diferente: es decir, contribuyendo a su consideración como un recurso con unos valores que son intrínsecos a su existencia misma, convirtiéndolo en un bien social e identitario.

 

Para Ubuntu Cultural, una de las claves necesarias para dar a conocer, sensibilizar y conservar el patrimonio, en toda su extensión, pasa por el desarrollo de planes de comunicación y de educación patrimonial ¿Qué pensáis al respecto? ¿Desarrolláis vosotros proyectos en estas dos vías con los elementos patrimoniales que tenéis a vuestra disposición? ¿A qué públicos os dirigís? ¿Cómo son valorados por éste?

 

Nosotros respondemos generalmente a demandas profesionales, como encargos, concursos públicos o planteamientos laborales por parte de la administración. No desarrollamos planes específicos motu propio, sino que vamos respondiendo al planteamiento que se nos hace e intentando darle respuesta siempre que encaje con nuestras cualidades y modo de ver las cosas. Este año ha salido adelante un proyecto que veíamos como importante y decisivo: una exposición de fotografía sobre el valle minero de Turón, histórica y actual, arropada por un estudio contextualizador y analítico, pero no para su exhibición local, sino dentro del plan de muestras de una auténtica institución de aquí, el Muséu del Pueblu d’Asturies y su fototeca. Supone material y efectivamente, aparte de visibilizar este legado gráfico e industrial, hacerlo en una institución que no es específicamente afín, sino que custodia la herencia cultural de Asturias sin calificativos. Eso es importante. El patrimonio industrial no es un ghetto ni es para «freakis»: es un bien que debe llegar interpretado a todos y debe ocupar las instituciones culturales de un país, no las específicas o sectoriales. Este empeño se visibiliza en la mayor ciudad de Asturias, en el museo de referencia y en el ámbito adecuado, fruto de la adquisición por ellos de 14 imágenes centenarias extraordinarias que son el corazón de la muestra. Ante la propuesta, sugerimos, aportamos, definimos y vimos que encajaba en nuestra manera de entenderlo. Amplía horizontes, alcanza nuevos públicos, dignifica una actividad obrera y logra una interpretación rigurosa que perdura como un catálogo en línea. Creemos que es casi perfecto.

Como plan de educación patrimonial, quizás la línea más clara es la que llevamos en el programa plurianual de Conoce Mieres de forma saludable y en el planteamiento de diseño y difusión de nuestras actividades para alumnos de primaria y secundaria, en distintos puntos y con distintos niveles, pero también para gente mayor que debe (y urge) cambiar su percepción del entorno y del pasado.

Socavón La Rebaldana. Fotografía de Roberto Álvarez Espinedo.

Socavón La Rebaldana. Fotografía realizada por Roberto Álvarez Espinedo.

 

Una de vuestras líneas de acción es la consultoría de proyectos en torno al patrimonio industrial y etnográfico ¿En que consiste concretamente? ¿Desarrolláis evaluaciones de los proyectos? Si la desarrolláis ¿Qué fases abarca?

 

Hemos efectuado memorias histórico artísticas y estudios monográficos de elementos o conjuntos para la valoración de su probable protección urbanística, tanto desde catálogos urbanísticos anexos a Planes Generales en áreas con recursos industriales (Muros de Nalón por ejemplo, tramitado y vigente) o planes especiales de protección de núcleos rurales o bienes culturales (área de Viñón, en Cabranes, por ejemplo). Hemos efectuado informes para sostener intervenciones rehabilitadoras por parte de arquitectos (caso del informe previo para el Pozo Santa Bárbara en Mieres o del que basó la rehabilitación del Teatro Cine Riera en Villaviciosa). Hemos elaborado memorias específicas para la administración regional que amparen figuras de protección, ya sean Bienes de Interés Cultural o Inventario del Patrimonio Cultural de Asturias (citaríamos el informe previo para la incoación BIC del primer pozo minero de Asturias que lo mereció, Santa Bárbara; estudio sobre la Mina del Valle en Tudela Veguín como IPCA; informe sobre 100 escuelas de Asturias para distintos niveles de protección; estudio monográfico de cinematógrafos recientemente tramitado; memoria específica sobre la minería del cinabrio y la metalurgia del mercurio en Mieres y Lena con igual fin; informe para la valoración de la incoación de expediente BIC del poblado minero de Bustiello, y un largo etcétera). Hemos estudiado urbanística, arquitectónica y artísticamente el magnífico conjunto hoy totalmente en ruina de la fábrica de loza de San Claudio, incluyendo un inventario de la totalidad de su colección de moldes y matrices…. Un ejemplo particularmente doloroso de inacción y falta de comprensión por el patrimonio industrial. También hacemos memorias o documentamos temas o recursos, que luego se convierten en base museológica para aulas o equipamientos (como sucedió en el pozo Espinos por poner sólo un ejemplo) y elaboramos contenidos para organismos que nos los puedan requerir con distintos fines (guías de zonas o folletos sobre instalaciones o recursos).

Siempre se recopilan fuentes impresas, manuscritas, bibliografía, recursos gráficos; siempre hay trabajo de campo; siempre se confronta todo ello y se trabaja decantando, desde el conocimiento profundo hasta la interpretación o síntesis oportuna en función del público.

No efectuamos evaluaciones específicas pero sí efectuamos un seguimiento del éxito o validación del informe o la trascendencia del material elaborado. Nos preocupa para seguir mejorando.

Centro de interpretación del horreo de Güeñu-Bueño. Fotografía de Roberto Álvarez Espinedo.

Centro de interpretación del horreo de Güeñu-Bueño. Fotografía realizada por Roberto Álvarez Espinedo.

 

En la sociedad actual, hablar de medios de comunicación 2.0 es inevitable ¿Cómo lo aprovecháis vosotros para el desarrollo de vuestro trabajo?

 

Para nosotros es importante. Nos ha dado visibilidad. No tenemos una presencia en redes como empresa, sino que atendemos y actualizamos una web, territoriomuseo.com, en la que compartimos semanalmente dos contenidos inéditos con perfiles complementarios ambos relacionados con el patrimonio cultural. Uno, sobre patrimonio industrial, cultura minera o memoria obrera, de muy diverso abordaje. Otro, sobre herencia, tradición, mundo rural o etnología, también con distintos enfoques.

Además, hay dos líneas en redes sociales: una cuenta de Facebook y otra en Twitter, para nuestro trabajo en los Equipamientos Turísticos de Mieres, y otras dos para el Centro del Hórreo. Supone un trabajo intenso y constante, que nos ha permitido crecer mucho en poco tiempo. Nos permite ser conocidos por personas e instituciones que comparten intereses. Nos ayudan a salvar barreras en la difusión. Son sin duda herramientas útiles que cuidamos y permiten seguir el pulso de esta realidad a una escala superior a la local. Consideramos que es valioso, pero no es la base: es un complemento necesario que amplifica nuestro trabajo y nos permite llegar a entidades y personas alejadas, pero no sustituye lo “sustancial” de nuestro cometido. Es un trabajo adicional y necesario.

Para más información sobre Pozu Espinos. Consultoría y Gestión Cultural y toda la comarca donde realizan su trabajo, se puede consultar su página web.

 

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