Yo educo, tu educas, él educa, nosotros educamos, vosotros educáis…ellos nos educan: sobre «La educación prohibida».


Por Stella Maldonado. Educadora Artística. Gestora Cultural.

El sistema educativo actual es anacrónico. Esta fue una de las afirmaciones del experto en creatividad Ken Robinson en una entrevista realizada por Eduard Punset en la que hablaban sobre la escuela, los sistemas oficiales de formación, el desarrollo de los talentos y la creatividad, entre otras muchas cosas (http://www.youtube.com/watch?v=V7iiR_gz6y8) ¿Esto que quiere decir? En la actualidad, la formación que recibimos desde la escuela, la denominada por Philip Coombs (1985) como educación formal (distinguiéndola de la educación no formal y la informal) no se corresponde con los momentos vividos dentro de una sociedad cambiante, en continua transformación. Nuestros niños, los ciudadanos del futuro, son educados en aulas del siglo XIX, con métodos de principios del XX ¿y en qué siglo estamos?

El propio Robinson ha explicado en multitud de ocasiones (recomendamos sus charlas en el programa TED) como se está dando un cambio de paradigmas sociales y que deben ser tenidos en cuenta por la estructura educativa (http://www.youtube.com/watch?v=AZ3JmuaUrxs&feature=related). No se puede seguir formando a los alumnos bajo obsoletas pedagogías ya que todo eso ha cambiado: las relaciones se establecen de manera horizontal, los contextos de aprendizaje se han agrandado, las metodologías cambian buscando estrategias mucho más activas, participativas y significativas; no se pretende echar por tierra los discursos, las disciplinas de siempre, la teoría, pero si se demanda saber conjugarlo con las nuevas necesidades imperantes: formar a personas que sepan responder ante las situaciones vitales, sociales que se planteen. Se debe tender hacia una educación mucho más personalizada, que respete la individualidad y que, a la par, fomente la colectividad y el trabajo en equipo.

Todas estas necesidades, todos estos cambios se reflejan en la película documental que vengo a recomendar en este artículo: La educación prohibida.

Cartel de la película. Enlace a youtube para visionar el documental haciendo click.

Este documental cuestiona la escuela tal y como se entiende hoy en día en Occidente, planteando la necesidad de un nuevo paradigma educativo, una escuela que responda a las necesidades de niños y jóvenes y a los cambios que se están dando en un mundo globalizado.

Este largometraje debería ser visto, preferentemente, por docentes, gestores educativos, padres, educadores sociales…pero, como se dice al final de la película, este viraje educativo nos compete a todos, porque todos somos parte de una comunidad que sigue inmersa en una educación que prima los contenidos y conocimientos, cada vez más accesibles a través de múltiples plataformas, por encima de las personas, sus características, sus talentos, sus potencialidades, sus capacidades….

Pero no vamos a hablar de educación. Está todo dicho. O casi todo. Que es necesario cambiar el sistema es más que evidente. No se trata de elegir entre lo público y lo privado. Es cuestión de que el tan manido “curriculum” deje de ser estipulado por personas que nada o poco tienen que ver con la educación (a día de hoy, son pocos los educadores, psicólogos, pedagogos, terapeutas… que intervienen en la confección de lo que los niños y jóvenes estudian dentro de los altos muros de la institución escolar). Es cuestión de no llenar las cabezas de conceptos mascados, que éstos sean tomados como irrevocables, indiscutibles. Es cuestión de llenar la vida escolar de experiencias, de actividad participativa y colaborativa. Es cuestión de aprendizajes y de educación, no de formación e instrucción.

Captura de pantalla «La educación prohibida»

La Educación Prohibida visibiliza experiencias educativas diferentes, no convencionales que plantean un sistema educativo al margen del oficial, un sistema que pone al niño en el centro mismo de la relación educativa, es el protagonista, no el maestro. Del magistrocentrismo al paidocentrismo. Un nutrido grupo de profesionales de la educación, de la mano de los propios jóvenes cansados de formarse sin aprender, cuestiona la escolarización moderna por no procurar el desarrollo de una educación integral, no basada en enseñar ciencias sociales, naturales, matemáticas, física o lengua de una manera desmadejada, inconexa, sino una formación integral en que todo este conectado y todo esté basado en el amor, el respeto, la libertad y el aprendizaje. No es cuestión de sustituir un modelo por otro, sino reconocer que existen pedagogías más que válidas, y que merecen ser oficiales, que ayudan a la conformación del ser humano.

Rescato una reflexión que me pareció importantísima; una reflexión hecha por Jordi Mateu de la Red de Educación Libre (España):

Aprender ¿qué es aprender? ¿cuál es el objetivo de la educación? Aprender conocimientos o ir desarrollando unas capacidades humanas que solo se desarrollan desde la relación con el otro, desde el tiempo, desde el proceso, desde el hacer, desde el comunicarse, desde el mirarse y reconocerse, desde el amor”.

Estas pedagogías no son nuevas, vienen de lejos y actúan casi en la “clandestinidad” como cuando surgieron. Son todas deudoras de esa corriente reformadora de la Escuela Nueva (Escuela Activa) que, hacia finales del siglo XIX, desbordó los límites impuestos por las fronteras geográficas, despertando interés en los puntos más lejanos del panorama mundial. Permitió el fortalecimiento de una conciencia educativa global y la internacionalización de los problemas pedagógicos nacidos de los cambios producidos por la industrialización y las luchas sociales. Podríamos establecer que tuvo su época de mayor influencia en el primer tercio del siglo XX y que comenzó a decaer a partir de los años 30 por su incompatibilidad con los regímenes políticos totalitarios que comenzaban a surgir. La Escuela Nueva como movimiento organizado comenzó a decaer en Europa en 1939 y en Estados Unidos en 1955. La Segunda Guerra Mundial obligó a la desaparición de muchas experiencias. Sin embargo, el espíritu de la Escuela Nueva nunca ha desaparecido y La educación prohibida nos muestra ejemplo de ello; siguen existiendo espacios educativos que propugna la esencia del movimiento reformador.

Por eso recomiendo el visionado de esta estupenda película documental y una reflexión final, al hilo del film:

¿Hasta que punto la escuela que tenemos ahora nos ayuda a desarrollarnos individual y colectivamente?

“Estudiar no es un acto de consumir ideas, sino de crearlas y recrearlas”

Paulo Freire

Si les interesa saber algo más sobre experiencias educativas diferentes o sobre aquellos pedagogos que conformaron el Movimiento de la Escuela Nueva (http://eduso.files.wordpress.com/2008/05/01-escuela_nueva.pdf) pueden buscar bibliografía sobre: John Dewe, Ovide Décroly, David Ausubel, Adolphe Ferriére, Francisco Giner de los Ríos, Francisco Ferrer i Guardia, Celéstine Freinet, María Montessori, Paulo Freire y Peter McLaren y los clásicos Jean Piaget y Lev Vigotsky.

Página web del proyecto: www.educacionprohibida.com

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