por Ruth Marañón Martínez de la Puente (ENORTASUNA). Universidad de Granada.
No es una mera casualidad que después de varios años tratando de definir cuál es la identidad de Rioja Alavesa (Velilla, 1996; Pastor, 2013; Marañón 2012, 2013a), me cuestione ahora de qué manera poder renombrarla. En esta comarca de piel cambiante y de cruces identitarios, es más que interesante preguntarse si esta investigación va por el camino correcto y si el ámbito cultural y pedagógico está haciendo todo lo posible para convertirse en una plataforma para la producción cultural crítica (Rodrigo, J. En Fernández y Del Río. 2007: 118).
Ahí van pues, a nuestro parecer, 7 formas de decir Rioja Alavesa:
Figura 1: Ruth Marañón (2014) Otoño en las lagunas de Laguardia-Guardia. Fotografía independiente
UNA. Rioja Alavesa es una tierra única, por sus tradiciones, por su historia, por su gastronomía pero especialmente por su paisaje y la cultura que a él va unida; ya que el paisaje genera nuestra cultura desde las más primitivas a las más actuales (Convención de Florencia del Paisaje, 2000). Los senderos en nuestra comarca serpentean una geografía que queda delimitada por el azul: el de la Sierra de Cantabria y las aguas del Ebro; los verdes de la primavera, y la paleta más rica que uno se pueda llegar a imaginar al llegar el otoño, desde los ocres, los dorados y los malvas, al carmín más puro. Esta pintura mágica y cambiante es la que nos da el viñedo.
Desde hace varios siglos, concretamente desde el siglo X en Labastida y desde el siglo XIV y XV en Laguardia (Velilla Córdoba, 2001), queda atestiguado históricamente en los diferentes manuscritos, apuntes y construcciones como lagares o calados (bodegas subterráneas) la existencia del cultivo de la vid, con lo que todo esto significa; puesto que, al cabo de los siglos, este cultivo se ha convertido en algo más que un simple elemento agrónomo, se ha convertido en cultura. Ahora bien, ¿Cuáles son los espacios culturales de nuestra comarca?, ¿y los pedagógicos?
DOS. Rioja Alavesa es Enocultura y ésta, por tanto, es nuestro patrimonio y más importante aún, es nuestra identidad. Me atrevo a realizar esta afirmación ya que son multitud los autores que consideran el patrimonio como parte inherente de nuestra identidad como individuos y como sociedad, de hecho, según Ana Luengo (2013) es el elemento que facilita la unión de los pueblos.
Figura 2: Ruth Marañón (2014) Lagares rupestres. Fotografía independiente
Considerando lo anteriormente expuesto, y tal y como hemos concretado en nuestra investigación, uno de esos espacios culturales de Rioja Alavesa es la bodega. Asimismo, podríamos afirmar que también sería un espacio pedagógico, y más teniendo en cuenta la cuestionable inexistencia de ninguna asignatura y/o grado de formación profesional en torno a la cultura del vino o enología entre toda la oferta educativa de nuestra comarca.
Pero no nos desviemos… La bodega es la arquitectura que ha acompañado a ésta, nuestra cultura y por ende, a su paisaje.
El viñedo como paisaje cultural estaría a camino entre las categorías de ‘paisajes evolutivos’ y ‘asociativos’, apreciación importante para entender su relación con la cultura y la educación:
- Por un lado, se trata de un paisaje que ha continuado en el tiempo desde hace siglos (como hemos visto anteriormente) y que sigue teniendo un papel social activo en la sociedad contemporánea, pero fuertemente enraizado y respetando la forma tradicional de vida y/o trabajo.
- Por otro lado, el viñedo es un paisaje directamente asociado con las tradiciones de Rioja Alavesa que se mantienen vivas y que son tangibles en las danzas, en nuestra gastronomía, en la literatura o en obras artísticas.
Figura 3: Ruth Marañón (2014) ‘Dantza de los pastores’ de Labastida. Fotografía independiente
TRES. Y aquí entra otra de nuestras cuestiones… Teniendo en cuenta este tejido asociativo de tradiciones y paisaje, ¿por qué no unir arte y patrimonio?, o lo que es lo mismo, ¿por qué no trabajar con arte y vino? Tal y como decía Leonardo Da Vinci “el vino es la única obra de arte que se puede beber” y tal y como atestigua la historia del arte (Miret i Nin, 2005), el arte también puede ser un instrumento de medición/mediación enológica o enocultural.
Por ello, lanzamos una serie de propuestas en las cuales el fin último era conocernos un poquito mejor como individuos y como colectivo, es decir, conocer nuestra identidad y la de Rioja Alavesa, y así mejorar nuestra calidad de vida y es que, de hecho, el Arte realmente es un vehículo que puede articular y regenerar situaciones y contextos (Pérez Rubio, 2009:9).
Así pues, teniendo en cuenta el contexto y sus circunstancias, creamos diferentes actividades, talleres y/o eventos que en definitiva son más formas de decir, desde el pluralismo de su sociedad, Rioja Alavesa.
CUATRO. Rioja Alavesa es sabor; y como tal, hay decenas de catas en las más de 800 bodegas que hay por todo el territorio. Sin embargo, decidimos darle una vuelta más a las ya habituales degustaciones y ofrecer una nueva forma de disfrutar del vino, analizándolo desde el patrimonio: las catas artísticas. Para ello, creamos un recurso didáctico: las fichas artísticas. Estas fichas fueron creadas a partir de las fichas de análisis sensorial utilizadas habitualmente en enología, es decir, basadas en primer lugar en el aspecto y color; después en los aromas (olfato); a continuación en los sabores, persistencia gustativa y retro-olfación; y por último, el balance.
Figura 4: Ruth Marañón (2014) Catas artísticas. Detalle. Fotografía independiente
Con estas pautas buscábamos que el vino no fuera solo una bebida, sino que se convirtiera en el conductor de sensaciones, de despertar recuerdos, de provocar en cada uno de nosotros vivencias anteriores, momentos puntuales de nuestra vida y que por un simple olor, una nota en el sabor… hicieran del vino un elemento patrimonial, porque ahora era también la confluencia de sensibilidades y experiencias, lo que genera nuevas identidades (Fontal, 2013: 58).
Los diferentes participantes de las catas concluyeron que habían disfrutado más del vino cuando habían podido identificar sus sensaciones y/o recuerdos. Esto confirma que el vino, aparte de una metáfora sobre la identidad de Rioja Alavesa, es una pieza clave para entender nuestro patrimonio y que, una vez nos identificamos con éste, se valora más y nos hace conocer mejor nuestra realidad y nuestra sociedad.
Figura 5: Ruth Marañón (2014) Catas artísticas. Lantziego. Fotografía independiente
Todos los detalles de estas catas los podéis encontrar en el artículo publicado en las actas del II Congreso Internacional de Educación Patrimonial bajo el título Catas artísticas: Enocultura y patrimonio en Rioja Alavesa.
CINCO. Abríamos el texto haciendo referencia a las tonalidades de nuestro paisaje y es que… Rioja Alavesa también es color. Y de este elemento se llenó la bodega Pagos de Leza en los talleres “Instálate”. Estos talleres estaban destinados al público escolar para profundizar precisamente en conceptos de arte contemporáneo, cultura de vino y la nueva sede patrimonial: la bodega; aportando ese espacio de aprendizaje vitícola inexistente.
Con estos talleres conseguimos trabajar el concepto de identidad desde una perspectiva desconocida para ellos: la de la instalación artística. Así pues, mediante esta disciplina surgieron cuestiones, debates y reflexiones, que posteriormente plasmaron con una obra plástica abstracta (como sucede con los conceptos).
Ruth Marañón (2014) Integrándose con la instalación. Fotografía independiente
Ruth Marañón (2014) Obra de un participante. Detalle. Fotografía independiente
Ruth Marañón (2014) Las profes también se animan. Detalle. Fotografía independiente
Por ello, una vez más la bodega se inundó de color representando lo que para cada uno de los participantes es Rioja Alavesa: alegría, originalidad, tradición, acogedora…
SEIS. Todas estas actividades van trenzándose mientras se debate si el paisaje del viñedo de La Rioja y Rioja Alavesa será Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Independientemente de la gran relevancia que supondría su inclusión en la LPM, quería reafirmar con estas breves líneas que Rioja Alavesa, por todas estas razones y formas, tiene ya un carácter propio, tiene alma, ‘ángel’, está enraizada en torno al vino y alimentada por esta cultura. Rioja Alavesa ya es patrimonio.
Figura 9: Ruth Marañón (2014) Paisaje riojano-alavés hacia San Vicente de la Sonsierra. Fotografía independiente
SIETE. Por último y vistas las ciertas dificultades con las que nos fuimos encontrando en este proyecto de investigación en el que Rioja Alavesa es la protagonista, quisiera cerrar estas líneas de mano de una fábula de nuestro paisano riojano-alavés Félix de Samaniego, un breve esbozo para reflexionar y seguir caminando aun cuando los espacios dedicados al arte, la cultura y el patrimonio estén siendo devaluados.
La pasión por el patrimonio, por la cultura en cualquiera de sus formas, por el arte y por esta tierra, es lo que nos lleva a seguir trabajando por re-definir nuestra identidad, construyendo entre todos Rioja Alavesa, que sin lugar a dudas es “tierra de sueños” (1), tierra de vino.
La zorra y las uvas
Es voz común que a más del mediodía
en ayunas la zorra iba cazando.
Halla una parra, quedase mirando
de la alta vid el fruto que pendía.
Causábale mil ansias y congojas
no alcanzar a las uvas con la garra,
al mostrar a sus dientes la alta parra
negros racimos entre verdes hojas.
Miró, saltó y anduvo en probaduras;
pero vio el imposible ya de fijo.
Entonces fue cuando la zorra dijo:
«¡No las quiero comer! ¡No están maduras!»
No por eso te muestres impaciente
si se te frustra, Fabio, algún intento;
aplica bien el cuento
y di: ¡No están maduras!, frescamente.
NOTAS
(1) Tal y como se titula la producción “En tierra de sueños”, una experiencia 4D que ha sumado numerosos premios en su haber y que tiene Rioja Alavesa como centro.
BIBLIOGRAFÍA
Cahnmann, M., y Siegesmund, R. (2008): Arts-based research in education: Foundation for practice. Routledge, Nueva York.
Calaf, R. y Fontal, O. (coord.) (2006): Miradas al patrimonio. Trea, Gijón.
Fontal, O. (coord.) (2013): La educación patrimonial. Del patrimonio a las personas. Trea, Gijón.
Gutiérrez Pérez, R. (2012): Educación Artística y Comunicación del Patrimonio. Arte, Individuo y Sociedad, 24 (2). 283-299.
Hooper Greenhill, E. (1998): Los museos y sus visitantes. Trea, Gijón.
Miret i Nin, M. (2005): El vino en el arte. Lunwerg Editores, Barcelona.
Moreno González, A. (2010). La Mediación Artística: un modelo de Educación Artística para la intervención social a través del arte. Revista Iberoamericana de Educación, 52/2.
Pastor, A. J. (2013): Encuentros. Rioja Alavesa. Sacal, Vitoria-Gasteiz.
Robinson, K. (2009): El Elemento. Mondadori, Barcelona.
Roldán, J. y Marín Viadel, R. (2012): Metodologías artísticas de Investigación en educación. Aljibe, Archidona (Málaga).
Suárez Sousa, S. J. (Coord.) (2009): Vinaletras, 2. Cuaderno bianual de cultura y vino. Tacoronte-Acentejo. D.O. Tacoronte-Acentejo, Tenerife.
Velilla Córdoba, S. (1996): Rioja Alavesa. Sua, Bilbao.
Velilla Córdoba, S. (2001): Lagares excavados en roca en tierras de Rioja Alavesa y de la Sonsierra Riojana. Revista Murciana de Antropología, 7. 173-180.
WEBGRAFÍA
http://www.cuadrillariojaalavesa.com/
http://www.pagosdeleza.com/blog/item/54-conoces-de-verdad-rioja-alavesa
http://riojaalavesa.blog.euskadi.net/